Ética, honor, palabras que no conocen los furtivos, esta vez han caído muy bajo.
Aún no nos basta con estar acabando poco a poco con el planeta, ahora estamos apunto de extinguir otra de las maravillosas especies que adornan la tierra: las jirafas. Tristemente entre 1985 y 2015 su población ha disminuido un 40%, siendo la caza furtiva y la pérdida de su hábitat las principales razones.
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Pero detengamonos por un momento y veamos la problemática en cifras. Después de tener alrededor de 155.000 jirafas, pasamos a tener únicamente 97.000, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Año tras año, le estamos quitando a las próximas generaciones, la oportunidad de conocer el mamífero más alto del mundo y a estos majestuoso animales su derecho a existir.
Dos gigantes blancos que caminaban por la tierra.
Se trata de dos raros pero bellos especímenes de Jirafa que fueron vistos por primer vez en marzo de 2016, por unos guardabosques que se encontraban velando por la seguridad de cientos de animales de la zona de conservación ubicada en Kenia.
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Los guardabosques en cuestión, llevaban a cabo su jornada laboral cuando notaron que algo se movía entre los arbustos, se preguntaban entre ellos que podría ser, sus dedos indices tocaban el gatillo con mucha precaución y de ser necesario, sus dardos tranquilizantes saldrían con tanta rapidez y precisión que los animales que estaban generando el misterioso movimiento ni los alcanzarían a notar, pero sus años de experiencia entre la selva, les indicaba que debían esperar. Alguien empezaba a caminar hacía ellos, ocho largas y delgadas patas blancas se dejaron ver, unos extensos cuellos y unas ovaladas cabezas del mismo color, sobresalían entre los árboles. Sus ojos no creían lo que estaban viendo, eran los primeros hombres después de muchos años sobre la faz de la tierra, en volver a ver tanta belleza junta, una madre y su cría de pelaje blanco aparecían ante sus ojos.
“Somos una de las tantas creaciones perfectas de la naturaleza”, de seguro pensaban las jirafas.
Un copito de algodón parecería oscuro si se ponía al lado de estas bellas criaturas. El color blanco de sus pelajes, corresponde a una condición llamada leucismo, un síndrome que hace que las células de la piel de estos animales no tenga pigmentación, por ende, eran más sensibles al sol, pero esta misma característica las protegía aún más del calor. No sabemos si esta cualidad la desarrolló la naturaleza con un propósito específico: que se dejaran ver muy poco y de esta forma, tal vez correrían menos peligro.
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Tranquilamente habían caminado una al lado de la otra, en el total anonimato, pero aquel día que fueran encontradas, sus vidas, sin quererlo, empezaban a cambiar, para desventura de ellas. Aquel día de cotidiano paseo y de sentir el aire rozando sus orejitas ignoraban que el lugar que habían habitado durante años dejaría de ser seguro.
Un lugar llamado casa.
Eran extremadamente bellas y la emoción del momento al ver tan rara criatura, hizo que un vídeo de ellas en el 2016 se publicará, los guardabosques del refugio Ishaqbini Hirola habían sido los primeros en verlas e inocentemente querían que la gente sintiera la misma emoción que ellos al verlas por primera vez. Y no se equivocaron, el vídeo se hizo viral y muchas personas dejaron sus más sinceros comentarios y reacciones, incluso, el santuario empezó a tener muchas más visitas de turistas de todo el mundo, que querían conocer las jirafas de pelaje blanco.
Éramos la única comunidad en el mundo que custodiaba las jirafas blancas, dijo Mohammed Ahmednoor, gerente de Ishaqbini Hirola Community Conservancy a la BBC.
Durante años el santuario veló por la seguridad de la mamá jirafa y su cría, libremente caminaron por la selva de Kenia, diariamente eran avistadas por cientos de personas que lo único que querían era conocerlas. Aun con la fama sobre sus espaldas, vivieron una vida tranquila, de vez en cuando se dejaban ver y en uno de esos avistamientos, los guardabosques se percataron de que la mamá jirafa nuevamente estaba embarazada. En agosto de 2019, un macho con el mismo color de pelaje que su madre, tambaleaba y luchaba con todas sus fuerzas para mantenerse en pie, la mini familia estaba completa, pero ser las únicas jirafas de ese color conocidas en el país africano, poco a poco traería serias consecuencias.
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Darlas a conocer lastimosamente se convertiría en un arma de doble filo.
Tres cuerpos totalmente blancos paralizaban al mundo, sus pocas fotos y vídeos conmovían al mundo y aunque por su seguridad eran restringidas de vez en cuando las visitas al santuario, la mayoría del tiempo este estaba abierto, pues se habían convertido en un atractivo turístico que ayudaba a la organización y movía la economía del país. La mamá jirafa sabía o presentía aquel peligro, por eso siempre que salía en busca de alimento y demás, dejaba su pequeña criatura en un lugar a salvo, por eso nunca fue visto junto a su hermana y su madre.
Lastimosamente caras vemos y corazones no sabemos, dirían nuestros abuelos, pues tristemente un día alguien había ido específicamente a saber dónde y con qué frecuencia los mamíferos artiodáctilos se dejaban ver y que tan cuidadas estaban.
Alguien erróneamente se creyó dueño de sus vidas.
La caza de jirafas era un problema que preocupa al refugio Ishaqbini Hirola, en Kenia, y aunque les daban sus espacios a los animales, trataban de estar lo más pendiente posible de ellos, más aun con una especie tan bella como lo eran la madre y sus dos crías de pelaje blanco.Eran muy tímidas y aunque poco se dejaban ver, las semanas pasaron y los guardabosques empezaron a preocuparse, no tenían razón de ellas, por lo que el servicio de Fauna de Kenia, decidió empezar a investigar la desaparición de la jirafas, sin saber el desconsolador panorama que se encontrarían.
BREAKING NEWS: Sad day as KENYA’s only female white giraffe and her calf are killed by poachers at Ishaqbini Hirola Conservancy in Ijara, Garissa County. 🦒🦒😢😢😢😢😢 pic.twitter.com/tnXZVjz86M
— The Real Kenyan (@therealkenyan_) March 10, 2020
La búsqueda terminó, dejando como imagen antes los ojos de los que habían sido sus cuidadores durante años, la figura de dos jirafas blancas en el piso. La madre y la hija fueron encontradas sin vida, sus cuerpos delgados mostraban que las habían buscado demasiado tarde. Al parecer los cuidados fueron insuficientes para ellas dos, pero no para su pequeño hijo que aún se encuentra en alguna parte de la selva. Desde aquel momento el refugio se ha tomado la tarea de buscarlo, y quizás ya lo encontraron o tal vez no, pero en este momento preferimos no saberlo, como también hubiéramos preferido no conocerlas a ellas dos, para que aún estuvieran vivas.
Sus muertes son un golpe a los tremendos pasos tomados por la comunidad para conservar especies raras y únicas y un llamado de atención para un apoyo continuo a los esfuerzos de conservación – Dijo Mohammed Ahmednoor a la BBC.
Una especie que se desvanece con el tiempo.
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Sus muertes son adjudicadas a presuntos cazadores furtivos que aún no se logran identificar y mucho menos establecer el motivo por el cuál acabaron con la vida de estos dos bellos seres. Por su parte, la organización Kenya Wildlife Society, que es el ente encargado de la conservación en África Oriental, está investigando el lamentable hecho. Se estima que solo quedan dos especímenes con este tono de piel: el pequeño que quedó huérfano meses atrás (si ha sobrevivido) y una pequeña cría de 15 meses que ha sido llamada, Omo y que actualmente se encuentra en el Parque Nacional Tarangire, en Tanzania.
La borrosa cara de la caza furtiva en las ultimas décadas, tiene una cifra inimaginable, pues más de 300 especies de mamíferos hasta el día de hoy están al borde de la extinción, lastimosamente la lucha de cientos de organizaciones por acabar con esta terrible práctica, se queda corta, pues este tenebroso mercado mueve alrededor de 8.000 y 20.000 millones de euros al año.
Digamos NO al uso de pieles de animales como abrigos, botas, bolsos, etc, NO a la compra de comidas exóticas y mucho menos al uso de productos que hayan sido experimentados en animales, esta historia puede cambiar, las demás generaciones también tienen derecho a conocer las maravillas del mundo.
A continuación te dejamos el emotivo vídeo grabado hace un par de años, ojala tengas la suficiente memoria para guardarlo durante muchos años.
Fuentes: BBC