Escuela adopta un perrito callejero y lo convierte en alumno de primaria


Si juntas niños y perritos todos salen ganando: el perrito es feliz y los niños se vuelven grandes seres humanos.

En la provincia norteña de Tokat, en Turquía, asiste a clases Findik, un perrito callejero que luego de ser salvado de una pelea con otros perros, fue adoptado por Ahmet Aktürk, el director de la escuela primaria Mártir Haluk Yılmaz, aunque no es propiamente un estudiante, va a diario y usa uniforme como cualquier otro alumno.

Daily News

Conociendo al alumno más lindo del mundo.

Este es Findik, un perrito callejero al que le hacía falta alguien a quien amar y alguien que lo amara. No molestaba en las calles, era tranquilo, juguetón y muy  amigable con los residentes y los turistas, sin embargo, un día tuvo una pelea con algunos perros callejeros. Estaba siendo atacado y por temor nadie hacía nada para ayudarlo, por suerte, el director del colegio y un profesor de la planta educativa tuvieron la valentía para ayudar al indefenso perrito, ahuyentaron a los demás perros, esperando que al cachorrito no le hubiera pasado nada grave.

Daily News

Lo llevaron a la escuela,curaron sus heridas, y ya sano y salvo, le llamaron Findik. El adorable perrito poco a poco se fue ganando el corazón de los profes y en un par de días lo hicieron la mascota oficial de la institución. Decidieron que si iban a amarlo y a cuidarlo iba a ser con todas las de la ley, así que le construyeron una pequeña casita en el patio de la escuela y desde ese día alegra a los niños de la institución, agradeciendo profunda y especialmente, a sus dos rescatistas.

Akın Yücel

Ahora tiene dos dueños y 37 compañeritos de clase.

Los héroes de esta historia son Ahmet Akturk, el director de la escuela, y Mustafa Önlen, un profesor de la misma, que al ver a Findik en problemas, corrieron y lo ayudaron. Por suerte, las cosas no fueron más allá de unas pequeñas mordeduras y unos pocos rasguños. La pelea en la que penosamente se había visto envuelto era cosa del pasado, ahora pertenecía a una institución y debía ser un perrito ejemplo para sus demás compañeros.

Daily News

Findik, ahora tiene una tarea diaria: hacer feliz a la planta educativa y a los 37 alumnos de la escuela en la que vivirá de manera definitiva hasta el final de sus días. Por el momento se divierte corriendo detrás de los niños, asistiendo a algunas clases y acompañando a sus nuevos amiguitos a la clase de lectura, una de sus preferidas, pues mientras ellos leen, él escucha atentamente hasta quedarse dormido.

Akın Yücel

El alumno número 38.

Los niños están felices con la presencia de Findik, incluso les ha ayudado a reforzar algunos valores como la responsabilidad, el cuidado y el amor por los animales. Tanto es el compromiso de estos pequeñines, que cada niño se ha comprometido a dar comida y agua al nuevo integrante del colegio, pero esto no es todo, la divertida historia del perrito no termina acá.

Akın Yücel

Findik dejó de ser el alumno nuevo y le tocaba empezar a adaptarse a las reglas mínimas de la escuela y una de ellas es el uso obligatorio del uniforme.

Guau, ¿Yo, uniforme? – seguramente pensó este tierno perrito

Viendo que él quería ser ejemplo para sus compañeritos y acogerse a las reglas, Bedriye Göçer, directora de la Asociación de Familias Escolares, diseñó y cosió un uniforme para Findik, así se sentiría como uno más en las aulas de clase.

Akın Yücel

Ahora, cuando llaman a lista y escucha su nombre, mueve la colita y felizmente ladra diciendo que a falta de un dueño, tiene 39, los cuales lo aman y cuidan diariamente. Findik, fue afortunado de encontrar a sus salvadores, pero aún en Turquía existen cientos de perros que buscan hogar. Por fortuna, los perritos callejeros tienen un Gobierno que se preocupa por ellos.

Turquía, un país ejemplo que seguir.

Turquía ya había sido portador de buenas noticias hace un par de años, pues el país fue pionero desarrollando un programa que tiene muy en cuenta el problema de los perros callejeros, proyecto  que aún sigue vigente, y el cual consiste en que el gobierno subsidia la castración de los animales, mientras que las fundaciones y los animalistas se hacen cargo de llevarlos al veterinario y posteriormente les ponen una especie de microchip de plástico en sus orejitas para localizarlos más adelante.
Y de la comida ni se preocupen queridos amigos, porque los turcos se caracterizan por ayudar al que lo necesita, es por ello que los vecinos y dueños de restaurantes les dan a diario a los perritos callejeros su porción de comida.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Şarköy Sokaklarının Sahipleri (@sarkoyun.sahipleri) el

Tal vez como esta historia existen muchas alrededor del mundo, y que bueno sería poder conocerlas todas. Aplaudimos la gente que con pequeños actos hace grandes cosas, aunque no lo notemos dar de comer o beber a un animalito callejero, puede mejorar su calidad de vida y no nos cuesta mucho.

ACTUALIZACIÓN 2020.

Findik, se sentía a gusto en su escuela compartiendo con sus compañeritos, pero un día el perrito empezó a dejar de comer, y los niños se percataron de su nariz caliente y de un fluido nasal en ella, de inmediato alertaron a los profesores Ahmet y Mustafa, sus rescatistas. Aunque Findik contaba con su carnet de vacunación al día, la situación no dejó de preocupar a sus tutores, por ello decidieron llevarlo de inmediato a un chequeo al veterinario.

Sus ojitos se entristecieron y sus orejas se habían agachado, Findik no quería abandonar la escuela y mucho menos a sus compañeritos, pero la situación lo ameritaba, debía ir para saber que todo estaba bien, para poder volver a estar con ellos, pero lamentablemente eso no iba a suceder…

Primeramente, el canino fue llevado al Centro de Rehabilitación y Hogar de Ancianos Temporales de Animales, en Turhal, allí lo examinaron y su diagnóstico dio positivo para una enfermedad muy común entre los perros, llamada moquillo, un padecimiento que afecta seriamente el sistema digestivo y respiratorio de los animales.

Aunque Findik había sido vacunado meses atrás, específicamente para prevenir este virus, la poca efectividad había sido informada antes de la vacuna a sus dueños, sin embargo, el perrito recibió la dosis pues era necesario estar sano para llegar a la escuela. Los días transcurrían y Findik parecía no tener mejoría, por lo que fue llevado a una clínica más especializada en Ankara, la capital de Turquía.

La situación empeoraba y Findik cada día estaba más decaído.

Özge Elif Kızıl / AA

Los veterinarios trabajaban incansablemente por sanar el perrito, estaban haciendo lo posible y lo imposible por salvarlo, aun sabiendo que esta enfermedad es poco curable, y que es altamente letal en los animales.

Había días de días, unas mañanas Findik parecía estar respondiendo muy bien al tratamiento, pero otros simplemente no quería hacer nada y así pasó el que, sin saberlo, sería su último día de vida. Solo se quedó en su camita mirando a lo lejos y quizás pensando en los niños.

Esa mañana del martes 1o de marzo de 2020, la escuela primaria Mártir Haluk Yılmaz, recibiría por voz de la veterinaria Yağmur Denli, que estaba atendiendo al perrito, que tristemente Findik no los acompañaría más.

Un angelito de cuatro patas.

Aquella llamada había roto el corazón de 37 pequeños, que no entendían ni cómo, ni por qué, la vida les había quitado tan rápido al que había sido su mejor amigo. Luego de minutos de llanto y desconsuelo, los profesores los motivaron a darle un último adiós a su amigo, Findik, el que había luchado hasta el último momento por regresar con ellos.

El pequeño cuerpo de Findik no pudo soportar más esta enfermedad. Findik se rindió. Perdimos 3 semanas de lucha. Hicimos todo lo que pudimos, a pesar de todas las intervenciones, no pudimos salvar a Findik – Publicó la veterinaria Yağmur Denli en su cuenta de Instagram.

Una linda manta cubría el cuerpo del perrito y fue la jefe de la Federación de Derechos de los Animales del Mar Negro, Nihal Erkoç, quien se encargó de llevar el cuerpo de Findik, hasta la tumba que sus compañeritos le habían preparado. Una lapida con su foto y su uniforme, fueron colocados en el lugar que los chicos habían alistado para que Findik, durmiera para siempre. Ahora este lindo angelito, cuida y ve jugar felizmente a sus compañeritos desde el cielo de los animales.

Yenicag

Fuentes: Hurriyet Daily News