No se quejó, no se movió, este perrito donó su sangre con una sonrisa de generosidad.
No todos los peluditos vienen al mundo con la misma suerte de ser sanos y poder correr, jugar y saltar en cualquier lado. Lo cierto es que muchos de ellos nacen con complicaciones y tienen que enfrentar duros momentos para sobrevivir y pasar a su etapa adulta siendo unos peluditos valientes. Este es el caso de un pequeño cachorrito que estuvo a punto de fallecer antes de que otro perrito viniera a su rescate.
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Perrito donador.
Jax es un hermoso perrito rescatado de siete años de edad que tiene la fortuna de tener una mamá veterinaria, Jennifer Fowler, quien celebra tenerlo a él y a su hermanito Titus. Ambos hacen parte de un equipo de perros escaladores, por lo cual, su salud es perfecta y su fortaleza para enfrentar problemas, inquebrantable.
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Fue así como, a mediados de junio, Jax fue solicitado de emergencia para ayudar a un pequeño cachorrito que llegó a la clínica veterinaria donde trabaja su mamá humana con una condición de anemia muy avanzada, su estado de salud era critico y en cuestión de minutos podría el pequeño perder la vida. Solo una transfusión de sangre podría salvarlo.
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Jennifer, que estaba al frente del caso, supo que necesitaba la ayuda de un perrito que estuviera muy cerca para atender la emergencia rápidamente y pensó inmediatamente en su fuerte y precioso Jax al que le encantaba la atención y parecía ser muy obediente con cualquier procedimiento médico.
La ayuda va en camino.
La casa de la mujer estaba a solo 10 minutos del centro médico, por lo cual, llamó con urgencia a su esposo para que llevara al perrito y pudieran hacerle una extracción de sangre y así ayudar al cachorrito que parecía desvanecerse inexorablemente entre los brazos de su médico.
No pudimos ponernos en contacto con los propietarios durante aproximadamente una hora, pero queríamos seguir adelante y preparar las cosas para que tan pronto como aprobaran el procedimiento, estuviéramos listos. –Comentó Jennifer a LAD Bible.
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Cuando Jax llegó, su emoción estaba al límite, aunque parecía estar muy atento a todos los procedimientos que los médicos hacían con afán, no opuso resistencia a la introducción de la aguja en su cuello, sus ansias por saber qué era lo que estaba pasando le ganaban y, sobre todo, recibir mimos exacerbados de su mamá y de los otros médicos, lo tenía fascinado.
Usando una aguja y una bolsa de transfusión, simplemente extrajimos sangre de su cuello durante unos 30 segundos mientras sostenía su cabeza y le besaba la cara, meneaba la cola todo el tiempo y no sollozaba ni lloraba ni una sola vez. Después de unos 30 segundos, todo terminó y recibió muchas golosinas y una merienda alta en calorías de comida húmeda, así como un poco de agua y pudo pasar el rato en una cama súper cómoda por el resto de la tarde. –Dijo Jennifer a LAD Bible.
Sin saberlo, la transfusión de Jax, que se gestionó en un tiempo no mayor a treinta minutos, no solo le salvó la vida al pequeño cachorrito, también sirvió de ayuda en tres transfusiones seguidas, ya que el cachorro era muy pequeño y no requería de una gran cantidad de sangre. Salió adelante y pasó la dura prueba.
Jax no solo es un perrito lleno de valor, también de solidaridad con los otros peluditos.
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Fuentes: Jax And Titus, LAD Bible.