Este perrito seguro pensó: “no voy a dejarte a tu suerte, estás muy chiquito!” 💚
Monica Burks vive en una casa con jardín en Abilene, Texas, al cual deja salir a su perrita de tres años de edad para que haga sus necesidades fisiológicas. La rutina es simple: dos veces al día le abre la puerta a Hazel, el nombre de su peludita, ella va, se da una vuelta, hace popo y chichi y vuelve a entrar, no le gusta estar afuera solita por mucho tiempo.
Un día, la perrita salió como era costumbre y estaba lloviznando por lo que Monica presupuestó que no tardaría, pero los minutos comenzaron a pasar, luego una hora, luego dos… para ese punto ya la estaban buscando por el vecindario, pues era evidente que algo había sucedido, la perrita jamás se alejaba de la casa y, mucho menos, se tardaba tanto.
Un chiquito rescatando a otro aún más chiquito.
Al fin, a lo lejos, vieron un bultito café con pelitos negros y blancos acercarse moviendo las patitas a toda velocidad, supieron que era Hazel, la reconocerían a kilómetros, sin embargo, les llamó mucho la atención, que la perrita caminaba un poco, se detenía, miraba hacia atrás y se devolvía un par de metros, luego seguía avanzando, por qué se movía así? Se preguntaban.
Cuando afinaron la vista, se dieron cuenta que a su lado había otro bultito, pero este era aún más chiquito, chiquitito. Los dos bultitos se fueron acercando y Monica y su familiar también, a la mitad del camino se encontraron y allí se dieron cuenta de lo que sucedía: Hazel venía con un gatito de apenas semanas de nacido, al ver sus colores supieron que se trataba de una gatita. La perrita no se quiso detener, continuó su camino a casa, siempre pendiente de no dejar muy atrás a la gatita, solo se adelantaba lo justo para ir mostrándole el camino.
Ambas venían mojadas y con afán de llegar a casa para resguardarse. A Monica no le quedó más que seguir por detrás a su perrita y aceptar el hecho de que tenía una rescatista animalista en su familia, Hazel acababa de encontrarse una gatita bebé, la rescató y se la llevó a casa para invitarla a vivir con ellos, esa sería la noticia que le contaría a todos. Qué orgullo, la familia tenía a una perrita animalista!
Pobre gatita, sola, tan pequeña y bajo la lluvia 💔 menos mal Hazel la encontró.
Hazel es una perrita bien chiquita, pero la gatita es tan chiquita que ni siquiera pudo subir sola el último escalón antes de entrar a la casa, por poco y se obstáculo se convierte en el definitivo antes de ser salvada, pero gracias a la ayuda de su nueva amiga perrita, logró entrar a la vivienda, eso sí, sin dejar de gritar, diciendo que estaba bebé y que quería que de ahora en adelante la cuidaran mucho.
Mira el tierno vídeo a continuación:
Un hogar para esa preciosa gatita.
Monica quiso quedarse con la gatita, sobre todo porque Hazel estaba apegadísima a ella, la cuidaba como si fuera su propio cachorro, pero finalmente el hermano de la mujer se enamoró perdidamente de la pulguita y la adoptó, es que era tan chiquita que a todos les resultaba imposible resistirse a besuquearla y abrazarla todo el día, Hazel incluida.
La solución fue excelente porque la gatita luego de ser rescatada por una amiga perrita, un poquito más grandecita que ella, encontró un hogar donde la van a cuidar para siempre y como es de un familiar tan cercano, perrita y gatita van a poder verse seguido para jugar y crecer juntas.
Gracias perrita rescatista animalista!