Estaba a 12 metros de profundidad, mojado y exhausto, pero los héroes de HFP llegaron justo a tiempo para sacarlo de allí.
Este rescate comenzó como lo hacen todos, con una llamada de auxilio, un mensaje de texto en el que una mujer pedía ayuda pues había encontrado un gatito atorado dentro de una tubería de su casa, la denunciante estimaba que se encontraba a unos 12 metros de profundidad y aunque ella misma estaba intentando sacarlo no lo lograba.
En apariencia parecía ser un rescate rutinario, pero pronto los rescatistas se dieron cuenta que estaban ante uno de los casos más difíciles de resolver de los que habían enfrentado hasta el momento.
La primera complicación en este caso es que la fundación que recibió el pedido de ayuda, Hope For Paws, opera principalmente en California y el gatito estaba en Carolina del Sur por lo que contactaron a un animalista que los apoya allí. Él fue y evaluó la situación, pero rápidamente concluyó que no tenía el equipo necesario para sacar al gatito, que en su cuarto día de estar atrapado mostraba ya señales de que su vida comenzaba a correr peligro.
Fue entonces cuando dos miembros del destacado equipo de rescate vieron que no había otra alternativa que viajar hasta Carolina del sur para ayudar al pobre chiquito atrapado. Tomaron un vuelo tan pronto como pudieron y al otro día llegaron al lugar.
Los rescatistas de Hope For Paws que viajaron llevaron consigo el equipo necesario para realizar el rescate e inmediatamente se pusieron en marcha para sacar al gatito que llevaba para ese momento sufriendo atrapado al menos cinco días.
Lo primero que hicieron fue introducir un cable con cámara óptica para poder observar al animalito, pues se encontraba tan profundo que no era posible hacerlo a simple vista. Rápidamente, vieron el estado tan grave en el que se encontraba, su agotamiento era notable, además, vieron que estaba mojado lo que evidentemente le haría tener pronto hipotermia.
En ese momento entendieron que el tiempo apremiaba más que nunca y debían actuar con mucha rapidez si querían sacar con vida al pobre gatito, no obstante estaban a punto de enfrentar varias dificultades que llevarían la situación al extremo.
Con la cámara también se dieron cuenta que debían sacar unas ramas que la dueña de la casa había introducido intentando que el gatito se agarrara a ellas y pudiera escalar para salir por sus propios medios, pero los palos se rompieron y ahora lo único que hacían era obstaculizar el acceso al pequeñito atrapado.
Con esfuerzo lograron sacar las ramas, ahora tenían el paso libre hacia el gatito. Lo siguiente era resolver que artefacto usar para llegar tan profundo como el animalito se encontraba.
Mientras el equipo improvisaba un cable más largo que el que suelen usar, la dueña de la casa y otra de las rescatistas intentaban mantener al gatito despierto, pues sabían que si se dormía, moriría. Le hablaban y hasta imitaban el maullido para que el bebé no se diera por vencido.
Una y otra vez intentaron que el gatito se aferrara al cable, pero él no lograba sujetarse, ya no tenía la fuerza siquiera para intentarlo, llevaba cinco días allí, sin alimento, sin agua, llorando… estaba exhausto.
Finalmente vieron que no había otra opción que sujetarlo del cuello y halarlo. El problema es que esto lo asfixiaría y hay que recordar que debía halar por más de 12 metros, lo que no era fácil ni rápido, además debía ser cuidadosos pues no podían ocasionarle más daño al chiquito, que de por si tal vez se encontraba lastimado debido a la caída inicial por la tubería.
Sin embargo, no había otra opción tenían que hacerlo.
No fue nada fácil y en el camino el cable se atascó, por un momento pensaron que no lo lograban, pero con los segundos contados al fin lograron sacar al tierno gatito.
Rápidamente lo envolvieron en una manta y lo trasladaron al centro veterinario más cercano.
Más dificultades pero un final feliz.
De camino al hospital veterinario los rescatistas se dieron cuenta que aún no podían cantar victoria, pues el gatito estaba muy débil, notaron que era muy chiquito aún, tenía poco meses de vida y en segundos entró en hipotermia.
Tuvieron que usar la calefacción del auto para secar su pelaje y subir su temperatura. Poco a poco el gatito se mostró más despierto y recuperando la conciencia.
El médico determinó que debido a los cinco días que pasó sin moverse, tenía atrofia muscular pero pronto se recuperaría, tomó exámenes para evaluar su condición y afortunadamente estos mostraron que el gatito estaba saludable.
Lo alimentaron, lo bañaron y lo llevaron al hotel donde se estaban hospedando para pasar allí la noche y al otro día volar de regreso a Los Ángeles donde el pequeño sería instalado en el refugio mientras la fundación le encontraba un hogar. Pero de pronto los planes cambiaron.
Una familia que adoptó un perrito que el equipo de Hope For Paws había rescatado hacía unos años, quiso abrirle las puertas de su casa al bebé para cuidarlo el resto de su vida y que nunca más vulva a pasar una situación tan fea como la que vivió durante esos cinco días que estuvo atrapado en el tubo.
Y así un rescate más que acaba con final feliz!
Cabe resaltar el enorme esfuerzo de Hope For Paws que trabaja incansablemente para salvar a todos los animales que les es posible, lo hacen sólo con la ayuda de las personas que apoyan con donaciones su trabajo, ZooCloud no los puede llamar de otra forma que HÉROES!
Si quieres apoyar su trabajo, puedes hacerlo en el siguiente enlace: HOPE FOR PAWS.
Mira en el vídeo a continuación el rescate y el final feliz paso a paso y no olvides compartirlo.