Como no le dan su partecita de buena gana, tiene que insistir bastante.
Un león marino muy hambriento se acercó a una costa pesquera buscando almorzar allí, él era inteligente y sabía que aquel botín que tenían sobre la mesa no era para él, por lo que entendía que debía ganarse de buena manera al menos un bocadillo.
Lo primero que hizo fue acercarse suave y sigilosamente al hombre que parecía ser el que controlaba aquellos exquisitos peces, después se paró detrás de él y muy amablemente le pidió que le compartiera un poco de su comida.
El hombre al principio lo ignoró, entonces él supo que debía hacer algo para llamar su atención, por lo que se acercó aún más, pero esta vez fue más valiente y se dirigió hacia la mesa.
En ese momento consiguió lo que buscaba, el hombre le tiró un pescado que iba directo a su boca, el león se sintió feliz pero no satisfecho, pues es evidente que es grande y gordo, además de muy comelon.
El animalito se quedó esperando pacientemente cerca del hombre y la mesa, él no quería irse hasta que le compartieran un poco más de su comida, pues él estaba realmente emocionado de ver tantos pescados reunidos.
Finalmente, el hombre no pudo ser indiferente ante esos ojitos de súplica, por lo que empezó a lanzarle más y más pescados, el león marino supo a quién acercase, pues este hombre se mostró muy solidario y generoso con un animalito, que al igual que, necesita alimentarse.
Mira a continuación el vídeo que ha causado centenares de reacciones en las redes sociales por la astucia y ternura de este león marino.
No se tiene más registro del cómico momento, sin embargo, creemos que el león marino permaneció mucho más tiempo en el lugar, pues se ve que el animalito fácilmente no va a dejar el botín ni tampoco se va a satisfacer rápidamente.
También, suponemos que de ahí en adelante, el hombre que alimento al león, va a tener una visita diaria de aquel animalito que ha decido entregarle su corazón y su pancita para que sea alimentada.
Fuente: NatureHeaven.