Los animales del Amazonas no resisten más, médicos héroes se ofrecen para ir a ayudarlos


Una mano salvadora en medio de la destrucción, un halo de esperanza en medio del océano de fuego.

En 2019, la selva amazónica, uno de los pulmones del planeta, ardió en llamas durante largos meses mientras grupos que luchan por la conservación del medio ambiente y la vida de los animales, rogaban al gobierno por un desenlace de los trágicos hechos que acabaron con miles de hectáreas que hacían parte del hábitat de cientos de especies que solo se encuentran en este paraíso natural del planeta.

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A pesar de parecer un capítulo cerrado, agosto de 2020 ha traído reportes de nuevos incendios que, al parecer, son mucho más destructivos que los del año inmediatamente anterior. En julio, cuando la temporada de verano y sequía comenzó en el enorme país brasileño, un sistema de satélites capturó en su radar más de 6.000 pequeños incendios que se dan como consecuencia del paso ilegal de taladores de árboles y el allanamiento para proyectos asociados con la minería.

Xita, un rostro que representa el dolor de todos.

Los incendios, que a menudo son pasados por alto por los medios de comunicación locales, no solo han afectado a la vida de las comunidades indígenas que tienen a la selva como su hogar, también a un gran número de animales que han perdido la vida y su hábitat en medio de la destrucción con la que viene el fuego.

Es en ese mismo contexto que, la semana pasada, Xita, una hermosa mono tití de Rondón, se volvió la imagen de los desastres naturales que rodean la amazonia de la cual es endémica su especie.

 

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La fotografía del dolor de la pequeña se ha extendido por redes sociales en todo el mundo. En ella, se ve como se aferra a la vida junto a su pequeño recién nacido después de haber sido rescatada de un accidente de tránsito en el que se vieron comprometidos mientras huían de la escena de uno de los terribles incendios.

En la imagen, la pequeña madre se aferra a su hijo mientras es sostenida por las manos de uno de los doctores voluntarios en la clínica Clinidog, ubicada en la ciudad de Porto Velho que limita con la selva.

Al final de la jornada los valientes médicos terminaron su día con un sabor agridulce, pues lograron salvar a la madre pero no así a su bebesito.

Gracias damos al trabajo incansable de estas pequeñas clínicas que se han dado a la labor de rescatar a la mayoría de animales posible que huyen en muy malas condiciones de sus hogares buscando refugio.

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En esta época del año, cuando los incendios son constantes por la ausencia de lluvias, los animales buscan refugio desesperados por escapar de la muerte y terminan en la ciudad, poniéndose en riesgo de ser atropellados o capturados. – Comenta Marcelo Andreani, voluntario que ayuda en el traslado de los animales hacia Clinidog, a Reuters.

Algunos lo logran, otros no.

Los voluntarios de Clinidog trabajan incansablemente por esta época y, aunque el caso de Xita es triste y está en boca de todos, aseguran que es solo uno de los muchos que reciben a diario. En ocasiones, las lesiones son graves y no logran sobrevivir, como en el caso del bebé de la mono tití que no logró superar los traumas causados por el choque del automóvil; hay otros casos más esperanzadores como el de la misma Xita que, después de ser diagnosticada con un problema medular se recupera satisfactoriamente.

Nuestra satisfacción personal y profesional es inmensa cuando logramos salvar una vida, especialmente cuando logramos rehabilitar un animal y devolverlo a la naturaleza. –Dijo Carlos Henrique Tiburcio, dueño de Clinidog, a Reuters.

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La labor de este pequeño lugar es solo una de las muchas a resaltar. Sin embargo, tal como recalcan los funcionarios vinculados a la clínica veterinaria, es el irrespeto a la naturaleza lo que está llevando a esta infinita crisis de fuego y destrucción y está en las manos de los humanos detenerlo.

Fuentes: Reuters, Infobae. BBC News.