Un hombre que no fue indiferente a un perrito con frío al que todos ignoraron.
Fernando Gabriel y Felipe Jatobá son dos hermanos originarios de São Paulo, Brasil que, en el mes de agosto, se encontraban en una de las estaciones de metro más concurridas de la enorme ciudad cuando a Felipe le llamó la atención un pequeño peludito que vio cerca a las taquillas.
Su hermano decidió grabar el conmovedor momento que mostraba su enorme corazón y, además lo hizo viral.
El día más frío del año y un peludito que necesitaba su ayuda.
El encargado de comprar los boletos para su trayecto ese día fue Felipe y, mientras hacía fila para hacerlo, se encontró con un pequeño peludito que se encontraba acurrucado al lado de una de las cajas mientras temblaba de frío por el clima de ese día, uno de los más fríos del año.
Vio a un perro temblando de frío. Era el día más frío del año. – Dijo Gabriel a The Dodo.
Mientras Gabriel veía a lo lejos a Felipe, algo en el comportamiento de su hermano lo intrigó. De un momento a otro, el hombre se empezó a desvestir en la parte del tronco y Gabriel, desde cierta distancia, empezó a grabar por si el suceso debía ser recordado.
Felipe empezó con el abrigo que dejó a un lado de sus pertenencias y su mochila. Después se quitó otra sudadera que tenía debajo y, finalmente, llegó a la camisa que también se sacó y, en un acto de amor puro y mucha compasión, la puso encima del cuerpo del perrito. El hombre estaba dejándole una de sus prendas para que el pequeño dejara de temblar.
Noté que mi hermano se quitó la mochila de la espalda y comencé a filmar. Él continuó. Se quitó la chaqueta, la sudadera y le puso la camisa al cachorro que tenía mucho frío. Lo hizo de forma espontánea. Fue muy conmovedor. –Confesó Gabriel a The Dodo.
A continuación puedes ver el tierno video de Felipe arropando al perrito:
Ya era demasiado tarde, sus caminos no volverán a cruzarse.
Con sus acciones, Felipe no esperaba ser reconocido, sin embargo, con la grabación de su hermano haciéndose viral no tuvo de otra. Su gran corazón lo puso en el mapa y, aunque muchos cuestionaron que no hubiera llevado al peludito a casa con él, el hombre aclaró que sí intentó hacerlo, después de que el perrito no se saliera de su mente y que se dijera, tal vez, a sí mismo: “no es fácil pero algo podré hacer por él”
Ese día en su trayecto de vuelta a casa, él y su hermano acordaron parar en la misma estación para buscarlo, sin embargo, el perrito ya no estaba y parecía haberse esfumado. Con gran tristeza ambos jóvenes tuvieron que aceptar que ya no podrían hacer nada más por el pequeño, sin embargo, a Felipe le queda la satisfacción de haberle hecho mucho bien con una minúscula acción, incluso habiendo dejado atrás una de sus camisas favoritas.
¡Grande, Felipe!
Fuentes: Felipe Jatobá.