Se convirtió en un gran paseador de perros, siempre los lleva a jugar al campo y sus clientes lo adoran.
En 2011, la rutina estaba logrando que Tim Pink, un joven del estado de Nueva York en Estados Unidos, pensara en renunciar a todo. Aunque en ese momento su idea de éxito estaba enfocada en un trabajo de horario completo que le permitiera costear sus gastos, su pequeño cachorro Bluff, un Dóberman, lo hacía pensar en la posibilidad de darle un nuevo aire a su vida.
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Con pocos meses de nacido y al ser una raza de rápido crecimiento y mucho movimiento, Tim sabía que no podía dejarlo solo todo ese tiempo al día en un pequeño espacio que no le iba a brindar el desarrollo que merecía. En ese momento, pensó que su trabajo le ayudaría a encontrar a alguien que lo paseara, sin embargo, una idea vino a su mente: él podía ser quien se dedicara a pasearlo. Nueve años después, haber pensado en ese momento en la calidad de vida de los perritos se ha convertido en todo un éxito.
En sintonía con el sentir de los perritos.
Su decisión fue impulsiva y arriesgada, ese mismo día tomó la determinación de dejar una carrera prometedora para fundar su propio negocio de cuidado de perros y, según él mismo, ha sido lo mejor que ha podido hacer en toda su vida. En ese momento se fundó Saratoga Dog Walkers, una organización en Saratoga Springs, Nueva York, que se encarga de brindarle a papás humanos y peluditos una experiencia de bienestar completa.
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Al principio, el negocio era de uno. Tim era quien se encargaba de todo: ofrecer paseos en grupo para las familias que tuvieran días muy ocupados y muy poco tiempo para ocuparse de los peluditos, atender los llamados e, incluso, recoger las necesidades de sus clientes perrunos. Su compañero principal en la aventura fue Bluff, sin embargo, poco a poco el grupo comenzó a crecer por cuenta de las recomendaciones y la confianza que el hombre generaba en sus vecinos.
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Con Tim, cada uno de los perritos, desde el más pequeño hasta el más grande, obtenían ejercicio en caminatas diarias y, además, resolvían problemas de comportamiento o socialización al interactuar con otros peluditos. Poco a poco, el negocio empezó a ser tan reconocido como lo es hoy, nacional e internacionalmente porgente que admira la enorme vocación del hombre.
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La rápida expansión de un lugar pensado en el amor.
Desde ese momento han pasado casi diez años y Tim, y su negocio como paseador, ha crecido como nunca lo imaginó. Ahora tiene varias asistentes y una plataforma completamente organizada para las familias del sector que piensen en contratar sus servicios.
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Con grupos de 30 y hasta 40 perritos, el lugar ofrece dos servicios actualmente: caminatas de medio día para los animalitos que se quedan solos en su hogar mientras sus humanos trabajan y, por otro lado, una guardería totalmente inmersiva donde los peluditos conviven con Tim mientras sus familias regresan de vacaciones.
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El emprendimiento de este hombre combina perfecto con su amor por los animalitos a los que cuida fervientemente y se encarga de hacerlos sentir especiales todo el tiempo, manejando un trato delicado, recordando cada una de sus personalidades y nombres y coordinándolos para enormes fotos en las que logra que todos queden bien, un secreto que no le devela a nadie, ni siquiera a las mujeres que son su mano derecha y las paseadoras de otros grupos.
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El éxito viene en distintas formas y, para Tim, su negocio y sus peludos, las metas diarias están cumplidas mientras hayan largas caminatas en compañía y mucho amor en forma de lengüetazos.
Esperamos que siga siendo tan afortunado como ahora, ganándose la vida rodeado de estos preciosos seres.
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Si tienes un peludito que necesita de más ejercicio o compañía durante la semana y te encuentras en zonas aledañas, puedes visitar las redes sociales de la compañía o comunicarte con el número (518)390-8613 en Nueva York.
Fuentes: Saratoga Dog Walkers