Varios vecinos del sector han intentado adoptarla, pero ella se niega a dejar la acera del edificio donde un día vivió.
Boksil es el nombre que algunos de los vecinos han decidido otorgarle a una perrita que se aloja en un mismo punto de un amplio complejo residencial de Corea del Sur desde hace más de 10 años. Aunque todos la conocen, la cansada peludita ha sido parte del panorama del estacionamiento de los altos e imponentes edificios que se levantan a su alrededor que, al parecer, fueron su hogar en algún momento.
Uno de los guardias de seguridad afirma que es una historia triste de abandono por parte de vecinos que vivieron en el edificio 102 y que, al marcharse del lugar, dejaron en él a la pequeña quien desde ese momento solo ha sabido esperar su regreso.
Espero que no sea demasiado tarde para volver a verlos.
La pequeña, peludita y gordita perrita de pelaje blanco y café pasa casi todo el día frente a la pequeña edificación de seguridad que cuida todos los edificios. Sus patitas cortas, su cuerpo cansado y lo que parece ser un grave problema de visión, le hacen las cosas más difíciles que antes. Aunque hace algunos años podía investigar y explorar cada rincón de la zona, hoy se limita a permanecer recostada en el concreto mientras analiza el rostro de cada uno de los transeúntes que pasan por el frente del edificio.
Niños, adultos y ancianos del lugar se preocupan incansablemente por ella y han tratado de sacarla de las frías calles donde todavía espera el llamado de su dueño con la ilusión de que vuelva, sin embargo, a pesar de los muchos intentos de adoptarla y trasladarla a alguno de los apartamentos del lugar, ella se resiste y busca con desesperación volver a su rincón donde tiene vista panorámica del edificio 102.
Sus días y noches transcurren de la misma forma: todo el día lo pasa en el mismo lugar al lado de los guardias de seguridad mientras que en la noche, se aloja en la pequeña casita que entre todos los vecinos le han comprado para que tenga una cama y un abrigo.
Su dueño no regresa, pero ella tiene buenos amigos.
En cuanto a su salud, la pequeña ha vivido bastante tiempo en la calle por lo que todos podrían pensar que su salud se ha desgastado drásticamente, sin embargo, con la llegada del equipo de Kritter Klub para documentar el triste caso, Boksil fue llevada a una revisión completa con un médico veterinario que la encontró en perfectas condiciones de energía, peso y articulaciones, salvo por su molestia en los ojos derivada de las cataratas que descubrió rápidamente al hacer un examen con luz.
Por su edad, la pequeña ya no puede distinguir muy bien a lo lejos, por lo cual, ahora parece que espera a los suyos solo con el olfato y el corazón. Además de ese achaque producto de su avanzada edad, algunas de las vecinas que más se preocupan por ella, notaron hace algunos años que ya no tiene dientes, por lo cual deben turnarse para triturar su comida a diario y hacer con esto que se alimente de la manera correcta.
A continuación puedes ver el video que cuenta toda su historia:
Aunque todos la aman y más de uno quiere darle la vejez que merece, ella se resiste a partir de ese lugar donde una vez alguien le prometió que volvería por ella. Tal vez queden pocos años en el trayecto, pero, ella prefiere no desperdiciarlos y seguir a la espera de algo que tal vez nunca pasará, ese es el amor incondicional de los peluditos.
Fuente: Kritter Klub.