No era el primer auto que asaltaban ese día ni iba a ser el último 🐻🐻
Una adorable y traviesa familia de ositos quisieron tener una nueva experiencia en sus vidas y conocer qué se sentía viajar en auto, pues ellos desde el bosque pueden observar la carretera y ver como miles de autos pasaban a toda velocidad frente a ellos, preguntándose así qué era lo que a los humanos les gustaba tanto de montarse en esos extraños aparatos.
La oportunidad la encontraron el día en el que Chad Morris y su familia viajaron a Gatlinburg, Tennessee. El hotel donde se hospedaron quedaba muy cerca al bosque, por lo que su carro quedó a una distancia bastante tentativa para los osos.
El estacionamiento donde dejaron su auto se encontraba apenas al frente del hogar de los ositos, por lo que ellos, después de esperar unos pocos minutos a que no hubieran humanos a la vista, se apoderaron del auto entrando por las ventas.
Chad Morris se percató de lo que estaba pasando en el momento que decidió mirar por la ventana de su habitación y se dio cuenta de los pequeños y peludos ladrones, por lo que dio aviso a su familia y todos salieron a observar la increíble escena, eso si, con cámaras en la mano.
Se dieron cuenta que los osos parecían querer bloquear las puertas, pues dos atascaron las de adelante y uno bloqueó las de atrás, en total eran tres cachorros.
Los osos eran conscientes de que los estaban observando, pues constantemente miraban hacia donde estaba Chad y su familia, pero esto parecía no importarles, continuaban con su instinto travieso, pues comenzaron a morder las estructuras del auto.
La mamá de los pequeños estaba cerca del vehículo encubriendo el asalto.
Los tres ositos parecían estar disfrutando mucho el momento, pues se montaban encima del techo del vehículo, se asomaban por las ventas e incluso jugaban encima de los sillones del coche, dándose manotaditas y mordiéndose entre si. El sillón que más les gustóparecía ser el del conductor, pues se pelearon por ver quién se quedaba con ese puesto.
Después de varios minutos de juego, los ositos bajaron del vehículo, considerando que ya lo habían explorado suficiente y sobretodo, después de haberse dado cuenta que por más de que espicharon y mordieron cosas, el auto nunca arrancó y rodó como ellos solían verlos desde el bosque.
Al bajarse del coche notaron que ya habían llegado más autos al estacionamiento, así que comenzaron a ver como se podían subir a esos otros, sólo que para lamentación de ellos, estos no tenían las ventanas abiertas.
Después de estar cinco minutos caminando al rededor de los coches y viendo cómo se podían subir a algún otro vehículo, se fueron de nuevo hacia el bosque aceptando que por ese día no podrían asaltar ningún otro, pero que quizás mañana, tendrían más suerte.
Fuente: ChadMorris.