La llevó al refugio SPWRC, donde le han dado mucha comidita y un tratamiento para que le vuelva a crecer su pelito.
Durante décadas estos pequeños animalitos parientes lejanos de los canguros y los koalas, han sido confundidos con roedores, de ahí que muchas personas atenten contra su vida. En realidad estos marsupiales tan antiguos como los dinosaurios, tienen un importante papel en los ecosistemas.
Cada especie está en el planeta con una misión específica.
Estos animalitos que también crían a sus hijos en un pequeño marsupio (bolsa en su estómago), son unos importantes dispersores de semillas al tener una rica dieta basada en frutas, sin dejar a un lado, el control que ejecutan en la proliferación de insectos u otras especies.
Muy pocas personas entienden su importancia, pero por suerte hay muchos otros que comprenden el valor de la vida y hacen todo lo posible por salvarla sin importar la especie que sea, algo que le sucedió recientemente a un joven.
Durante el inclemente invierno, un hombre vió en un estacionamiento de coches usados un pequeño animalito de color rosado que llamó su atención, de inmediato intentó auxiliarlo porque sabía que no podría sobrevivir a la intemperie.
Se puso en contacto con el Centro de Rehabilitación de Vida Silvestre de South Plains (SPWRC),en Texas, Estados Unidos, avisando que había rescatado una zarigüeya y la llevaría a sus instalaciones para que pudieran ayudarla. Allí el pequeño animalito fue recibido por Gail Barnes, directora del refugio, quien inicialmente dudo que fuera de la especie antes mencionada por su apariencia física.
Con alrededor de cuatro meses la pequeña zarigüeya carecía de su pelaje natural, a excepción de su carita y patitas que contaban con unos cuantos mechones de pelo, era como un gatito sin pelaje, eso pensó la mujer.
Los calurosos cuidados empezaron a llegar.
Al cabo de un corto examen de su estado de salud, se percataron de que la zarigüeya estaba bajita de peso y algo aún más grave, estaba atravesando un cuadro de hipotermia. De inmediato los trabajadores del refugio hicieron todo lo necesario por aumentar su temperatura corporal, en la que inicialmente unos calcetines sirvieron de cobijita perfecta.
Pensé, ‘Dios mío, tiene tanto frío’. Tenía hipotermia, así que tuvimos que calentarla. La pusimos en la incubadora y compramos calcetines, los calentamos y le pusimos la temperatura a donde se suponía que debía estar – Contó Gail Barnes a The Dodo.
Mientras la ayudaban a ganar peso con el alimento necesario en el que ella demostró gran gusto por las frutas y su preferida la salsa de manzana, descubrieron que la pequeña zarigüeya sufre de alopecia, una condición que afecta el crecimiento normal de las hebras capilares o la caída desmesurada del mismo.
Tristemente debido a su condición física, la zarigüeya no podrá ser liberada a su hábitat natural, ya que no podría sobrevivir a los cambios de clima y mucho menos esconderse fácilmente de sus depredadores.
Por suerte en el refugio seguirá siendo muy consentida y cuidada en compañía de otros animalitos de su especie, mientras aumenta peso y utiliza unos lindos suéteres donados que le ayudarán a mantenerse calientita.
Quienes quieran ayudar a esta zarigüeya enviando suéteres o donar para la manutención de otros animalitos del refugio, pueden ponerse en contacto con sus redes sociales o hacer una donación a través de Paypal.
Agradecemos la intervención del hombre que ayudó a este lindo animalito y de las entidades que se encargan de brindarle una mejor calidad de vida a todos los peluditos del mundo.
Fuente: Centro de Rehabilitación de Vida Silvestre de South Plains.