Cuando no posees nada, la vida te muestra que lo único que necesitas es un perrito para sentirte el hombre más afortunado del mundo.
Bobo es un perrito que creció sin muchos lujos en Memphis, Estados Unidos, al lado de un padre cariñoso y bondadoso que constantemente se sacrifica por él. Sin embargo, el pasado agosto después de otra noche más de vivir en la calle, Bobo había desaparecido sin dejar ningún rastro. Aunque su papá humano pasó un tiempo sin una sola noticia, esta historia tiene un final feliz.
El amor es el hogar más seguro.
Anthony Rogers es un artista que debido a varias situaciones complicadas de la vida, perdió su casa. A pesar de vivir en la calle y en condiciones donde no siempre tiene cómo alimentarse, su perro Bobo es la luz de sus ojos. Cuando los tiempos duros lo han tocado, Anthony ha preferido quedarse sin comida y darle de comer a su peludito. En otro día de supervivencia, cuando finalizaba agosto de 2019, el hombre se despertó y se dio cuenta que su hijo perrito se había ido, lo buscó en los alrededores de su improvisado hogar pero no encontró nada y su desesperación fue en aumento.
Con el corazón triste, él y varios de los amigos que lo han apoyado en todo su difícil proceso de la pérdida de su hogar, se encargaron de llenar la ciudad de avisos buscando a Bobo, hablaron con la gente que los veía juntos todo el tiempo y se encargaron de hacer una cadena de información que obtendría resultados unas semanas después.
El 11 de septiembre, el numero que aparecía en los volantes de búsqueda recibió una llamada que le devolvió el alma al cuerpo a Anthony: su amigo de cuatro patitas había sido encontrado por los voluntarios de Memphis Animal Services, el refugio más grande de la ciudad y gracias a una de las trabajadoras que había visto a Bobo en los carteles, supieron que este perrito tenía un papá que estaba tratando de encontrarlo por cielo y tierra.
Los voluntarios viven para ver estos finales felices.
No pasó mucho tiempo desde que Bobo llegó al refugio el 10 de septiembre, confundido y desorientado, para que Emily, una de las voluntarias del lugar, lo viera y lo reconociera al instante por todos esos avisos pegados en la ciudad.
Los amigos de Anthony que recibieron la llamada no tardaron en buscarlo y llevarlo corriendo al refugio donde el momento de encuentro emocionó a todos mientras, el perrito, al ver a su amado papá, no podía dejar de mover su colita y saltar sobre él. La gente de Memphis Animal Services se encargó de castrar, vacunar y poner un chip de rastreo al peludito. Además, lo revisaron y se dieron cuenta que estaba perfectamente sano. Lo devolvieron a Anthony en perfectas condiciones y adicionalmente, con una bolsa de comida para perritos, una correa, un collar y una placa de identificación.
Estos dos amigos inseparables pudieron sentir la plenitud de tenerse de nuevo gracias al trabajo incansable de este centro veterinario.
Mediante este video, el servicio de animales de la ciudad dio a conocer la alegría de Bobo y Anthony en su esperado encuentro.
Tal vez Bobo y Anthony no viven en la mejor situación, sin duda alguna, podrían tener una vida más estable pero, para ellos dos, lo único que hace falta es la compañía del otro para ser felices.
Son el ejemplo de que, con nuestros actos de amor, nos podemos convertir en el hogar de alguien que amamos.
Fuente: Memphis Animal Services