Creo que estás en problemas perrito, bueno no solo tú…tu humano también.
En Idaho, Estados Unidos, Karen Manthey y su esposo Trevor, tienen una hermosa familia conformada por sus cuatro pequeños hijos y Sandy, su travieso perrito que, prácticamente, nació en el hogar. Su relación cercana desde sus primeros días de vida, ha hecho que el peludito sea muy protector y apegado a todos los miembros de los Manthey, en especial a sus hermanitos.
Es tan grande el vínculo cercano que los cinco han alimentado, que Sandy haría cualquier cosa por seguirlos a donde sea que vayan, incluso si eso implica meterse en muchos problemas.
“Quiere estar involucrado en todo lo que hacemos”.
Para el gran Sandy, los peores días son los que implican la separación de su familia, incluso por las circunstancias más cotidianas como el colegio o el trabajo. Su amor por ellos ha hecho que su control por saber dónde están sea frenético y, hasta en las vacaciones familiares, el peludito pasa su tiempo de lado a lado verificando que todos los grupos estén bien y nadie se separe.
Cada día le molesta que alguien de nuestra familia deje su cuidado. En los viajes de campamento, si la familia está separada (es decir, la mitad de la familia está en el lago a 0.5 millas de distancia y la otra en el campamento), pasará todo su tiempo corriendo de un lado a otro para verificar que cada grupo esté seguro. -Confesó Karen a The Dodo.
Su necesidad por vigilar y cuidar a todos se hace latente cada vez que sus cuatro hermanos deben partir a la escuela en la mañana. Mientras ellos salen para empezar su travesía hasta el lugar, Sandy trata de seguirlos escapando por la puerta trasera, sin embargo, Karen y Trevor siempre habían logrado detenerlo en su propósito por acompañarlos al colegio y quedarse con ellos.
En su cabeza no hizo nada malo, solo trataba de proteger a sus hermanitos.
La rutina de explicarle a Sandy el porqué no podría acompañar a sus hermanos a la escuela y volver con él a casa cambió el 16 de octubre. Los pequeños salieron del hogar, como de costumbre, y se despidieron de Karen, sin embargo, alguien más faltaba en la casa.
Sin darse cuenta, Sandy había logrado escaparse y seguir a sus hermanos a ese horripilante lugar que se los arrebataba de lunes a viernes. Al momento de entrar, el peludito se puso algo ansioso buscándolos, por lo cual, fue mandado a la oficina del director a esperar que fueran a buscarlo.
Los pequeños Manthey fueron notificados y se intentó hablar con su mamá en repetidas ocasiones por teléfono, pero Karen no contestaba, su celular estaba apagado. En los minutos que pasó encerrado allí, eran tantas sus ansias de estar con sus hermanitos que causó algunos daños a las persianas del director, situación que todos encontraron divertida y que un vecino pudo capturar con su teléfono.
La escuela había intentado llamarme pero mi teléfono estaba apagado, mi vecino que estaba en la escuela tomó la foto infame de él para preguntarme si era mío. Debido a que vivimos tan cerca, la escuela permitió que mi hija lo llevara a casa. Ambos estaban encantados con la aventura. -Dijo Karen a The Dodo.
Las pocas cuadras de distancia entre el colegio y la casa permitieron que uno de los hijos llevara a Sandy de vuelta, sin embargo, el peludito no parecía arrepentirse de ninguna de sus fechorías. Había logrado su cometido: seguir a sus hermanos e inspeccionar el lugar.
Aunque los Manthey se disculparon e intentaron pagar el daño causado, la escuela y sus trabajadores tomaron la situación de la mejor manera, incluso pidieron a Karen la foto para el recuerdo. Ahora la mujer tiene claro que Sandy intentará salirse con la suya más a menudo. Doblará los esfuerzos y esperará a no tener otro llamado por parte del director.
Fuentes: Karen Manthey