Una mujer adoptó a esta perrita Pitbull, pero ella traía un pequeño amigo consigo


Era su mejor amigo y no pensaba dejar el refugio sin él.

Merrill y Taco eran una pareja inseparable y poco común de perritos que fue dejada en 2014 a Rocket Dog Rescue, un refugio animal en San Francisco, California.

La pitbull de tres años y el chihuahua de ochotenían una amistad tan fuerte como misteriosa: muchas eran las versiones que rondaban su caso, incluyendo un paso por Australia y múltiples hogares donde trataron de tenerlos separados pero, por su conexión, siempre volvían a estar juntos.

Probablemente todas ellas tengan algo de ciertas, lo único seguro es que ambos fueron abandonados por sus familias y se encontraban juntos de nuevo para buscar una nueva oportunidad. Las personas del refugio tenían claro que la adopción no podía darse por separado, sin embargo, al momento de publicar la historia y brindar una foto para que las personas interesadas pudieran conocer su historia y decidir darles una oportunidad, ambos peluditos quisieron dejar claro que iban en combo o, simplemente, no irían. 

Un pasado desconocido y un futuro promisorio.

La divertida foto que mostraba al pequeño chihuahua como si fuera un bebé canguro envuelto en el cuerpo de Merrill fue suficiente para enloquecer a todos los seguidores del refugio y volverse viral. No solo habían logrado hacer entender que debían ser adoptado juntos, también tenían miles de peticiones de familias que los querían con ellos.

La organización, al ver su fama, tomó la decisión de mandarlos a un lugar de acogida por un tiempo debido a problemas médicos que debían ser resueltos antes de ir con su familia permanente.

Por un lado, Taco era un perro entrando a sus años de vejez que parecía tener dolencias relacionadas al corazón y su sistema respiratorio, teniendo como antecedente el asma y, por el otro, estaba Merrill, con una operación prioritaria para extraer su útero, una de las razones por las que se cree que la dejaron junto con Taco en el refugio: sacar ese órgano de su sistema era cuestión de vida o muerte y ellos no estaban dispuestos a asumir los costos y los riesgos.

Jodi fue la mujer de confianza elegida por el refugio para brindar el hogar temporal que necesitaban Merrill y Taco mientras lograban salir triunfantes de lo peor. Durante varios meses, fue ella quien se encargó de brindarles amor y de protegerlos de lo que parecía ser un doloroso pasado de dos hermanos incondicionales, sin embargo, el día feliz llegó en noviembre de ese mismo año cuando una familia de San Diego, en el mismo Estado, los adoptó. 

El lugar indicado para crecer, jugar y, también, despedirse.

Aunque la familia nunca quiso revelar su identidad, estaba conformada por una pareja con múltiples hijos que ya habían pasado la etapa temprana de niñez, lo cual les permitía ser más conscientes de las necesidades de los hermanos perrunos recién llegados a su casa.

De inmediato, todos generaron una conexión con la curiosa y divertida pareja de hermanos que dejaron muy claras sus personalidades desde el inicio: a pesar de ser la más grande, Merrill era la más tranquila de la dupla mientras que su hermano, Taco, era quien lideraba a todos con divertidos movimientos que lo convertían en el jefe de la casa.

Con ese panorama, los años empezaron a pasar y demostraron a la familia la necesidad que ambos tenían de permanecer unidos: eran el polo a tierra del otro y su amor iba más allá de lo que alguien podía imaginar, simplemente no podían ser el uno sin el otro y,  así fue como a lo largo de los meses, vivieron aventuras con su amorosa familia e incluso malos ratos de salud que los unieron aún más.

Desafortunadamente, Taco era un perrito adulto que había llegado con esperanzas de un año y alcanzó a vivir tres de la mejor manera antes de fallecer en mayo de 2018, tal cual lo dio a conocer su familia por medio de la exitosa página que le habían creado a la pareja en Facebook. A pesar de sus esfuerzos por siempre permanecer juntos, el destino terminó por separarlos y, desde ese momento, la familia solo publicó que Merrill se estaba adaptando a la idea de no volver a ver a su hermanito pequeño.

Eso fue lo último que se supo de la hermosa Pitbull, desde ese momento la pagina está deshabilitada y, aunque el paso del tiempo también empezaba a notarse en su rostro, la tristeza por perder a su hermano era más que evidente. Esperamos que, donde quiera que estén ambos actualmente, puedan recordar esa unión inquebrantable que siempre defendieron bajo toda circunstancia.

Fuentes: Rocket Dog Rescue, Merrill & Taco.