Son una esperanza para la especie.
Los pandas, sin duda alguna, son una de las especies que más ternura nos generan en el mundo. Sin embargo, debido a la perdida de su hábitat natural y a otros factores más específicos, se encuentran en un momento vulnerable para su especie y se estima que solo hay alrededor de 2.000 ejemplares de estos pequeños y hermosos osos alrededor del mundo.
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Una de las grandes dificultades para aumentar su población en los últimos años ha sido la difícil vida reproductiva de esta especie, son unos cortos días al año en los que la hembra es fértil y muy pocos los instintos de los machos para comprenderlo y dar el paso para llegar a un apareamiento exitoso. Incluso, algunos cuidadores de distintos zoológicos alrededor del mundo, han intentado enseñarles a través de videos cómo deben relacionarse para lograrlo.
La privacidad, un factor determinante.
Los protagonistas de esta historia son Ying Ying y Le Le, una pareja de osos que residen en el parque temático y zoológico Ocean Park en Hong Kong, China. Desde el 2007 estos pequeños fueron llevados al lugar siendo apenas unos bebés, con la proyección y el anhelo de quienes los cuidaban de que serían una gran pareja y traerían varias crías para sumarle unas más a los números en rojo de la especie. Sin embargo, 13 años después el momento nunca se había dado, tal vez, no era el ambiente adecuado.
A diario, el parque alberga a cientos de especies animales que son observadas por una cantidad enorme de visitantes y turistas. Sin embargo, debido al Coronavirus, el establecimiento cerró sus puertas el 26 de enero y, producto de esto, los animales quedaron solos mientras un grupo pequeño de expertos y trabajadores del lugar los cuidaba.
Tal vez fue este el ambiente propicio para que Ying y Le se juntaran. La privacidad terminó por darles el empujón que necesitaban para terminar de unirse y consagrar una unión un poco atropellada y torpe que se dio en el momento justo de condiciones biológicas. Fueron pocas las imágenes que alcanzaron a captar el encuentro y un abrazo que, según los biólogos, demuestra el interés romántico entre estos dos peluditos.
El futuro es incierto.
En el mundo de la fauna, la noticia es una alegría inmensa en tiempos de incertidumbre, para sus cuidadores también lo es. A pesar de las buenas nuevas, es imposible saber si después del encuentro Ying Ying pueda estar embarazada, el periodo de gestación de una panda alcanza los 325 días y es tan diferente al de otras especies que es imposible ver un feto hasta dos semanas antes de que el tiempo de embarazo se cumpla.
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A pesar de no tener claridad sobre la posibilidad de nuevos peluditos en este espacio, la felicidad de este primer paso nos asegura poder continuar viendo esta hermosa especie de ojos pequeñitos que siempre nos roba una sonrisa. Esperamos que Ying Ying tenga hermosos bebés.
Fuentes: Ocean Park Hong Kong, New York Times.
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