La ciencia lo confirma, los perritos detectan a las personas malas


Todos ya sabíamos eso pero hoy la ciencia lo confirma.

Los animales suelen tener ciertos sentidos más desarrollados que otros, cómo por ejemplo el olfato y la visión. Pero transcurridos los años, las personas hemos notado que también son más sensibles e intuitivos a la hora de sentir y predecir ciertas situaciones.

Por ejemplo, segundos antes de que ocurra un evento natural, cómo lo son los movimientos de tierra, los animales suelen salir corriendo a esconderse, es cómo si de cierta forma lograrán sentir las cosas antes de que sucedan.

Hoy la ciencia afirma que los perros pueden diferenciar y reconocen a las personas malas de las buenas.

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Uno de los trabajos comunes que hacen los perritos es identificar peligros en los aeropuertos, esto es por su gran capacidad de olfato que les permite identificar cosas a gran distancia, estos animalitos logran saber si una persona, maleta o vehículo lleva consigo algún elemento que ponga en riesgo la seguridad del  lugar.

Gracias a la ciencia hoy los perritos pueden acceder a una nueva labor: el identificar si una persona tiene buenas o malas intenciones.

Aunque para ser sinceros, para quienes conocemos bien a los peluditos, no es una novedad, ya que los perros siempre han demostrado reacciones a cuando las personas se acercan a ellos o a los seres vivos que ellos quieren, ya sea a animalitos de su manada o a personas que están a cargo de su cuidado.

Ellos tienen reacciones como el gruñir y ladrar cuando sienten peligro o extremo miedo, son amigables y juguetones si se sienten queridos y a gusto y suelen esconderse o agacharse en posición de defensa, si sienten que van a ser atacados.

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La prueba científica que se realizó.

Para que los científicos llegaran a esta conclusión, pusieron a varios perros a prueba para que los ayudaran a identificar las distintas reacciones que tenían ante diferentes situaciones.

Una de las pruebas consistió en poner a un perrito a ser testigo de la siguiente situación: había un hombre buscando ayuda para abrir un frasco que estaba herméticamente cerrado, pediría ayuda para abrirlo a tres voluntarios, el primero era muy colaborador y dispuesto a hacer lo que más pudiese, el segundo era pasivo, le ayudaría pero no tendría la mejor disposición y el tercero se negaría a ayudar.

Después de que el perro observara toda la situación, cada voluntario le ofrecería una golosina y se vería cómo el perro reaccionaba con cada uno de ellos.

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En teoría los dos voluntarios que participaron de forma positiva tendrían más posibilidad de ser aceptados por el perrito, sin embargo, los científicos también apuntaron a que entre más amable fuese la persona con el perro, más se sentiría a gusto y con más seguridad recibiría la golosina.

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Las reacciones del perro.

Y así fue. El perro recibió la golosina de los dos hombres que habían ayudado a abrir el frasco.

El primero se esforzó mucho con el perrito, se tomó el tiempo de consentirlo, hablarle y acariciarlo, no se limito únicamente a darle la golosina,  el peludito fue muy tierno y amoroso con él en respuesta.

El segundo fue amable con el perrito y si bien este recibió la golosina la situación no trascendió.

El tercero, la persona que no quiso ayudar a abrir el frasco, fue completamente ignorada por el perrito, no recibió la golosina y aunque no fue agresivo con él, si se alejó de su lado, no le agradaba.

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La conclusión.

Los científicos concluyeron que el perrito no sólo fue más amable con la persona que fue atenta con él, por eso, por dedicarle más tiempo y atención, sino también porque fue el que más colaboró abriendo el frasco.

De esta forma, los científicos determinaron que en definitiva, los perros pueden identificar a las personas que son buenas y las que son malas.

Ahora, con esta noticia las personas pueden confiar aún más en sus fieles compañeros.

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Fuente: Goodfullness.