Le pusieron una silla para que pudiera pasarse el día saludando a sus vecinos


Lo que más ama este lindo es saludar a sus amigos perrito del otro lado de la pared.

Cuando un perrito de color chocolate llamado Giuseppe llegó a su nueva casa, tuvo cientos de cosas por descubrir, sin embargo, hubo algo que llamó su atención de manera especial. Se trataba de dos hermanos de raza gran danés, que desde el otro lado de una alta pared intentaban conocer al recién llegado al vecindario.

 

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Nuevas relaciones afectivas que crear y fortalecer.

Para Vito y Bambino los dos gigantes gran danés, ha sido fácil observar desde su patio trasero el nuevo vecino, pues solo necesitan pararse en sus dos largas patas traseras para lograr su cometido. Sin embargo, para el que fue una completa odisea fue para Giuseppe, pues aunque se estiraba al máximo o incluso daba saltitos y saltitos, por su tamaño era imposible acercarse lo suficiente a uno de los amigos peludos que siempre lo esperaba al otro lado de la pared atento.

Ha intentado muchas veces saltar y oler a sus grandes amigos perritos cada vez que estamos afuera – Contó Afton Tarin, madre de Vito y Bambino, a The Dodo.

Durante seis meses los encuentros nunca llegaron a un final feliz, pues Giuseppe nunca logró alcanzar lo más alto de la pared y a Bambino le tocaba conformarse con verlo a cierta distancia. Por suerte la situación estaba a punto de cambiar gracias al papá humano del peludito café.

 

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Checking to see if his friend Guiseppe is outside…

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Una solución bastante sencilla que trajo mucha felicidad.

Cada nuevo día era una oportunidad para que estos dos amigos, intentaran llevar a cabo su saludo y en uno de esos intentos fue que sucedió la magia. Rober Carnes, el papá de Giuseppe, se dio cuenta de la imposibilidad de su hijo perruno por alcanzar la pared, por lo que pensó que una silla era la solución al problema.

De inmediato, uno de sus hermanos humanos trajo al patio la estructura y el perrito no dudó en utilizarla para finalmente lograr olfatear y ver directamente a los ojos a su amigo Bambino, quien lo recibió con un tierno lengüetazo. El emotivo momento fue capturado por el hombre y este a su vez se encargó de compartir la escena con la mamá de los gran danés.

 

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Por su parte Afton, no dejó de estar feliz porque el encuentro finalmente se hubiera dado, pues al ver el lenguaje corporal de Giuseppe quedó claro que era algo que deseaba desde lo más profundo de su corazón.

Al ver sus pequeños pies completamente extendidos y su cola borrosa por moverse demasiado rápido, no pude evitarlo. Tan empalagosamente lindo. Definitivamente te da esa sensación de bienestar – Dijo Afton Tarin a The Dodo.

Luego de que los humanos comprendieron que eso era una amistad verdadera, decidieron crear más espacios para que los perritos compartieran tiempo de calidad. Ahora juegan y caminan juntos, pero también siguen viéndose por encima del muro.

A veces solo tenemos que mirar con amor y comprensión las necesidades del otro y de seguro, encontraremos la manera de ayudar de la mejor forma posible.

Fuente: Vito.and.BambinoThe Dodo.