Menos mal dio con el perrito Pit bull más noble y tierno del mundo.
Esta ardilla conoció, en tal vez el momento más crítico de su vida, a una perrita de raza Pit bull, llamada Everly. A pesar de ser distintas en todos los sentidos, lograron encajar a la perfección entre ellas y tener momentos únicos e inolvidables que hacen de su paso por el mundo una linda experiencia.
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Un día lleno de actividad física y encuentros gratos.
La madre de Everly, Morgan Joy Groves, bien sabe que la perrita tiene en su personalidad, todas las cualidades positivas de un animalito, sabe también que ella es un claro ejemplo de que los Pit bull están erróneamente catalogados como perros peligrosos. Debido a esto suele llevar con toda tranquilidad a Everly a dar paseos a diario para que la perrita disfrute de ver los paisajes que rodean su vecindario, y por supuesto para que haga nuevos amigos, sin embargo, la última relación amistosa que hizo, llamó la atención de la mujer.
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Resulta que mientras Everly y su mamá realizaban su recorrido como de costumbre, se toparon con una linda ardilla bebé, que al parecer estaba sola y había visto en la perrita a su nueva mamá. Nunca sabremos a ciencia cierta qué pensó el pequeño animalito, pero si estamos seguros que vio en ella algo muy especial, pues decidió seguirla hasta su casa demostrando el gran interés.
¿Alguien necesita una valiente guardaespaldas?
En la tranquilidad de la casa se hicieron mamá e hija, se conocieron más a fondo, jugaron juntas y hasta tomaron el sol. De inmediato la relación se afianzó aún más y es que en realidad son muy parecidas, tienen el mismo tono de pelo y a ambas les gusta tomar largas y deliciosas siestas.
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No obstante, Morgan sabía que ese no era el mejor lugar para la pequeñita así la quisieran y amaran mucho, por lo que decidió llevar a la ardilla bebé a un refugio de vida silvestre, para que cuidaran de ella como lo necesitaba.
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La perrita y la ardillita se despidieron con un tierno beso y se desearon una vida llena de felicidad, por suerte Everly, no se quedó sola, pues siguió compartiendo sus tardes de aventuras y siestas al lado de su hermanita gatuna, a quien también quiere mucho.
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Esta historia no podría tener un final más feliz, ambas están en un buen lugar disfrutando del amor y las atenciones que merecen.
Cabe resaltar que la inocencia de los animalitos se evidencia en cómo se relacionan con los de otras especies y no por algunos casos fortuitos de violencia provocados por personas insensibles que crían con malas intenciones a los que por naturaleza, son unos tiernos seres: los perritos.
Fuente: Belleandve, La verdad Noticias.