Un respiro para el mundo y sus animalitos.
Los rinocerontes son una de las especies más amenazadas del mundo y de su continente nativo, África. Durante las últimas décadas, han sido cazados sistemáticamente con el fin de obtener el preciado marfil de sus enormes cuernos, que son ampliamente apetecidos en los mercados negros a los que son vendidos por cazadores furtivos.
Este tesoro que sostienen en la mitad de su rostro, es usado con distintos fines, desde decoración hasta remedios caseros en la cultura asiática.
Debido a esta caza indiscriminada que venía aumentando con el tiempo, los grupos de guardabosques de los parques naturales en todo el continente africano se han entrenado y armado para acabar con esta practica en sus territorios y, aunque han combatido el flagelo de manera eficiente y valiente, debido a las extensas llanuras y planicies que el continente tiene, todavía tienen mucho terreno por cubrir.
Recientemente, cuando la pandemia por Coronavirus inició en todo el mundo y el confinamiento se hizo obligatorio, la falta de turismo trajo un incremento notorio en la muerte de los rinocerontes, sin embargo, con el paso del aislamiento y las medidas que se implementaron en países como Sudáfrica, hasta junio del presente año, la caza disminuyó en un porcentaje mayor a la mitad en comparación con el mismo periodo de tiempo del año inmediatamente anterior.
Las condiciones óptimas para detener el flagelo.
La pandemia no solo tuvo malas noticias para el sector turismo del que viven y se alimentan los animales en los parques naturales de África, por otro lado, trajo consigo buenas nuevas para la pelea librada por la rápida disminución de la población de rinocerontes, en especial en Sudáfrica, donde el numero de ejemplares es mayor debido a la cantidad de terrenos dedicados a ellos.
El cierre de fronteras que impidió viajar bajo circunstancias normales, los puestos de control más exigentes con el paso de mercancia y nuevos procesos de ley más estrictos con los responsables de la caza furtiva, han contribuido para que el último balance presentado por el Departamento de Medio Ambiente, Silvicultura y Pesca de Sudáfrica, comandado por la ministra Barbara Creecy, tenga grandes noticias para la conservación de la especie.
Los primeros seis meses del año entre enero y junio del 2020 se presentó una disminución del 53% de la caza furtiva contando un total de 166 rinocerontes muertos a lo largo del país, una reducción drástica y alentadora si se compara con el mismo periodo de tiempo en 2019 cuando la cifra ascendió a 316 asesinatos.
Después de una década de implementar varias estrategias y hacer campaña contra la caza furtiva de rinocerontes cada vez mayor por parte de los cazadores furtivos locales reclutados y gestionados por organizaciones delictivas, los esfuerzos están dando sus frutos. Hemos podido detener la escalada de pérdidas de rinocerontes. –Dijo la ministra Barbara Creecy en rueda de prensa.
El esfuerzo no puede ser en vano.
A pesar de los grandes avances para lograr que el 2020 sea uno de los años con mejores resultados para la conservación del amenazado rinoceronte, desde junio, cuando las restricciones de movilidad se levantaron en Sudáfrica, la práctica de caza ha vuelto a incrementar, dejando como resultado un nuevo desafío para los valientes guardabosques que se han sometido a extensas jornadas sin aislamientos ni precauciones en la lucha por detener el flagelo. Es precisamente a ellos a quienes más agradece el gobierno por sus innumerables esfuerzos.
Nuestros guardaparques se han mantenido a la vanguardia de la batalla contra la caza furtiva, a pesar del cierre nacional, contribuyendo a la disminución de la caza furtiva. En este tiempo, los guardaparques han tenido que enfrentar no solo las amenazas de los cazadores furtivos, sino que ellos y sus familias también han tenido que lidiar con el peligro de contraer el Covid-19. – Comento la ministra en rueda de prensa.
Algunas de las medidas que se han implementado recientemente tienen que ver con la creación de áreas protegidas de alto riesgo que ayudan a mantener un control más estricto de las zonas, un ejemplo de ello es el Parque Nacional Kruger donde 88 rinocerontes perecieron, más de la mitad de la cifra de muertes en medio año.
Por ahora, se espera que los meses que quedan sigan arrojando balances positivos con la valiente labor que cumplen los cuidadores de estos preciados animales y con la lucha de los mamíferos para seguir existiendo.
Fuentes: DEFF South Africa, Times Live.
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